(FRAGMENTOS, PRESENTACIÓN OBRA)    

 

ESPECIE HUMANA

(Entre la Ciencia y la Ficción)

Santiago Salcedo

 

 

Prólogo

 

     Con esta novela de apariencia fantástica, el autor pretende divulgar parte de sus descubrimientos en el campo de lo que él llama "Sofialogía experimental" y que, tras medio siglo de investigación, conforman su obra fundamental que ha titulado: “Neo-Ontofísica”.    

 

ÍNDICE

CONTACTO EXTRATERRESTRE………………….  4

INFORME UNO: LOS ORÍGENES…………………   10

INFORME DOS: LA VIDA………………………….    24

INFORME TRES: “EL SAPIENS"…………………..  35

INFORME CUATRO: HISTORIA DE UN GEN…… 41

INFORME CINCO: Hª DE LA PREHISTORIA……. 51

Bloque histórico nº 1 Consciencia……………………..   55

Bloque histórico nº 2 El Bien y el Mal….……………      81

Bloque histórico nº 3 El Crisol de la Guerra………..     101

Bloque histórico nº 4 La “Humanación”….............. .     115

Bloque histórico nº 5 Escuela de Amenofis………         143         

INFORME SÉIS: DESPEDIDA Y CIERRE………..  153

 

◙ ◙ ◙ ◙

 

I

     CONTACTO EXTRATERRESTRE.

 

      Mi nombre es Pedro Cortés. Era la tarde del último día del año y tenía pensado celebrar la noche de fecha tan señalada, con los amigos de un grupo de teatro al que pertenecía desde hacía tiempo en la pirenaica pequeña ciudad de Jaca donde resido.

 

Soy informático y me paso una parte importante de mi vida, peleándome con esos artefactos que llamamos ordenadores. Siempre aprendiendo nuevas técnicas y aplicaciones en este mundo tan cambiante. Aquella misma tarde había comprado para mi ordenador, varios componentes de los llamados "multimedia": una unidad de "CD-ROM", una tarjeta de vídeo y una tarjeta de sonido, con los que ampliar sus posibilidades operativas. Con la tarjeta de vídeo y sonido, por ejemplo, podría recibir la señal de televisión por la pantalla de mi ordenador y ver y oír todo lo que emitiera cualquier cadena de TV, con la ventaja respecto a un televisor, que el ordenador me ofrecía la posibilidad de "digitalizar" imágenes televisivas, además de otras utilidades parecidas.

 

     Todos aquellos que, como yo, estén metidos en este mágico mundo, comprenderán la impaciencia que sentía por instalar estos nuevos accesorios que venía a enriquecer la capacidad de hacer cosas de esa especial máquina. Los había sacado de sus embalajes respectivos y los había mirado y remirado varias veces. Después me había dedicado a leer sus instrucciones de montaje con atención; otras tantas veces lo había dejado todo, al recordarme a mí mismo que tenía una cita en aquella noche tan destacada. Miré el reloj por enésima vez. Marcaba las ocho.

 

-Aún falta mucho para la fiesta y dispongo de suficiente tiempo para montar estos periféricos, -me dije-.

 

     Consulté de nuevo el reloj y volví a mirar la atrayente caja en donde estaban los dichosos periféricos que tanto me interesaban. Una cosa era segura, conociéndome  como me conozco, es que no saldría de casa aquella noche si antes no había montado las dichosas piezas del ordenador.

 

 

     -Sólo instalarlos -me convencí-. Así al día siguiente -seguí con mi soliloquio-, tendré más tiempo para comprobar su funcionamiento.

 

     Dicho y hecho. En poco rato había puesto el ordenador patas arriba. Todo el sistema interno aparecía ante mis ojos. Con cierta facilidad, fruto de otros tantos montajes de artefactos parecidos, instalé todos esos nuevos elementos en mi ordenador. Había ido demasiado deprisa. Miré otra vez el reloj. Me sobraba tiempo. Además, ¿qué informático se resistiría a no poner en marcha aquella novedad que la tenía tan al alcance de la mano? Bastaba con apretar un pequeño y minúsculo interruptor, para que, al menos, me cerciorara si funcionaba. Podía ser que no lo hubiera instalado correctamente...

 

     -Bueno, -me dije-, lo encenderé, pero sólo para ver si todo funciona perfectamente. En cuanto lo compruebe -insistí convencido-, lo apagaré y me iré a vestir para la fiesta.

 

     Así lo hice, al menos en lo que tocaba a la primera parte. Averigüé, con alegría, que todo funcionaba a las mil maravillas. Estiré la antena telescópica dirigiéndola en varias direcciones hasta que di con la posición correcta. Intenté sintonizar algunas emisoras, que fueron apareciendo en la pantalla de mi ordenador cual si de un simple televisor se tratara. Estaba muy satisfecho del resultado. Probé a digitalizar alguna imagen de las que en aquel preciso momento aparecían con toda claridad en pantalla, para comprobar la posibilidad que me brindaba este periférico. Me resultó fácil.

 

     Completamente orgulloso con mi éxito, iba a dar por concluido el experimento y a desconectar el ordenador, cuando sucedió algo extraño, que al principio, pensé se trataba de una rara broma o de algún programa experimental. Después de varias interrupciones en las imágenes que en aquel momento veía en el ordenador, se ensombreció la pantalla por unos segundos, haciéndome pensar con preocupación que algo no había ido bien en su instalación. Iba a alargar mi mano para intentar ajustar mejor la antena, por si el fallo era éste, cuando se iluminó de nuevo la pantalla con unos colores muy vivos, apareciendo la imagen de un personaje extraño, hablando un idioma incomprensible que, al cabo de unos cuantos segundos, mis oídos lo oyeron convertido en un perfecto castellano, con un acento un poco metálico, quizás; pero que entendía perfectamente. A partir de este momento y para el resto de informes que iré trascribiendo, la comunicación siempre fue oral y escrita.

 

     "Tú, Pedro Cortés, -oí perfectamente, mientras a la vez, iban apareciendo escritas en la pantalla de mi ordenador sus palabras- has sido elegido para hacerte participe del mensaje que debo transcribirte yo, Ananimó, habitante de un lejano sistema solar, en el último día de este año de vuestro calendario. Somos una “Especie Humana” que en nuestro idioma y traducido a tus símbolos escritos se leería como: “Dara Neugeosos”. “Dara”, Especie y “Neugeosos” “Los que aprenden”.

 

     Fui encomendado -continuó tras una breve pausa- como jefe de la operación denominada "especie humana", para realizar en vuestro planeta llamado Tierra, el largo proceso de la formación de vuestra especie. Estamos aquí hace miles de años terrestres y hoy es la fecha señalada para dar fin a nuestro experimento. Mis superiores han juzgado que vosotros, nuestra especie humana, debíais de ser informados de todo lo que durante tantos miles de años hemos estado experimentando en este planeta del que os creéis que es vuestro patrimonio particular. Tú, Pedro Cortés, pues, serás el destinatario de una muy valiosa información. Has sido elegido para una trascendental misión que consistirá en dar a conocer al mundo, todo lo que vas a recibir en esta comunicación y otras más que irás recibiendo por este medio…

 

     -¿Y por qué he sido elegido, precisamente yo? -Interrumpí al escuchar eso de que “había sido elegido”...

    

  -Tendrás respuesta a esta pregunta, cuando lleguemos al final de todos los informes. -Explicó-.

 

     -Nuestro mundo llamado Unamilar -continuó sin dar más importancia a mi pregunta- está en un sistema planetario de la galaxia G-1, que es el sol de todos los sistemas de esta parte del universo. Vuestro sistema solar también pertenece a esta galaxia aunque hay grandes diferencias entre ambos a causa de la posición diferente que ocupan, su masa, su velocidad y un largo etcétera. Por todo esto, nuestra constitución física varía bastante. Por ejemplo, la imagen que ves en la pantalla de tu ordenador es una proyección especial, porque dado que nuestra constitución atómica es distinta, vosotros los humanos, no nos podéis ver. Para que te hagas una idea, viene a ser como si nosotros estuviéramos formados por un tipo de moléculas como las que forman el aire de tu habitación, invisible para ti.

 

     Presta mucha atención a todo lo que vas a conocer y no apagues tu ordenador hasta que yo te lo diga.

 

     Ante todo aquello, quedé atónito. Mis ojos leían, sin pestañear, el texto que sin parar seguía apareciendo en la pantalla. Este mismo personaje me había instalado un potente editor en el que, al mismo tiempo que me mostraba su figura, se iba escribiendo en la base de la pantalla, la traducción de todo lo que decía en su idioma. Pude comprobar que al finalizar su anterior introducción, el ordenador lo guardó automáticamente en el disco duro.

 

     Cuando terminó de hablar, me fije con más detalle en el personaje que tenía delante. Su imagen se mostraba como si estuviera detrás de un filtro. De todas maneras sus rasgos eran inconfundiblemente humanoides. Destacaba sobre todo, una frente despejada y muy prominente y dos grandes y brillantes ojos. El color de su piel era de un tono azulado, aunque ignoro si la imagen que se me mostraba era reflejo fiel de ese visitante, asunto que no me preocupó en absoluto, ocupado como estaba en enterarme de todo lo que me iba diciendo y escribiendo al mismo tiempo.

 

     -Todo lo que vas a aprender de mí -siguió hablando-, estará resumido en una serie de informes, correspondientes a las etapas en las que hemos dividido todo el proceso de evolución vuestra, desde los orígenes más remotos hasta nuestros días y que irás recibiendo a uno por día terrestre, hasta completar la verdadera historia de lo que nosotros llamamos: la Especie Humana.

 

     Después de esta introducción, se borró la pantalla momentáneamente apareciendo con más nitidez la imagen del que me hablaba. Para convencerme a mí mismo que todo aquello no era alguna broma preparada por alguna emisora pirata de TV, que en tan señalada noche habían lanzado al aire un tan singular programa para llamar la atención, aproveché la pequeña pausa, para poner mis manos sobre el teclado y escribir con gran rapidez…

 

     -Si de verdad eres un ser, que como dices, has contactado solamente conmigo, dime, ahora mismo, cómo te llamas.

 

     -Acabo de decirte que mi nombre es Ananimó y que vengo de un lejano sistema...

 

     -Claro, que lo sabía; pero quería una confirmación de que nuestra comunicación era personal y auténtica-.

 

     Al darme plena cuenta de lo que me estaba pasando, me quedé unos instantes como paralizado. Él pareció enterarse de mi estado.  y:

 

     -No te sorprendas, -me animó-. Sin ninguna duda, yo soy el que he dicho llamarme Ananimó. Te he elegido a ti porque, porque... bueno, esto lo sabrás más adelante. Es algo que ahora podría afectarte y prefiero que estés lo más entero posible para poder asimilar los nuevos conocimientos que, en forma de INFORMES, irás recibiendo durante los días que dure nuestro contacto.

 

     Después de otra pequeña pausa, se borró toda la pantalla, apareciendo un extraño mapa estelar muy simplificado, en el que se veía como una galaxia tipo espiral, y en ella dos puntos más luminosos que parpadeaban. El punto luminoso más cercano al núcleo de la galaxia, era más grande y más brillante; sobre él estaba escrita la palabra Unamilar. En el punto luminoso más alejado, estaba escrito Sol-Tierra. Me fue fácil entender su significado, aunque Ananimó se encargó de aclarármelo por escrito. En el ángulo extremo inferior derecho de la pantalla, enmarcada en un pequeño rectángulo, se proyectaba la misma imagen de él, que antes la llenaba toda.

 

     -El mapa representa "La gran galaxia", la patria común de todos los sistemas de esta parte del universo. Como ves, tanto vuestro sistema solar como el nuestro, son hijos de esa gran galaxia. Con ello, quiero que tengas una idea clara y concreta de nuestro origen y situación, incluido también el vuestro.

 

     Tras su breve explicación adicional sobre su origen estelar, la pantalla se borró de nuevo, apareciendo otra vez su imagen en toda ella, al mismo tiempo que con letras destacadas, se leía: “Informe uno”.

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